¿Qué es la asociación de cultivos?
Un tema que está tomando mucha popularidad en los últimos años es el tema de mantener los huertos saludables y sostenibles. Y una de las técnicas más interesantes y efectivas para lograr esto es la asociación de cultivos.
Esto no es otra cosa que la combinación de diferentes especies vegetales en una zona determinada de cultivo, con el objetivo de que se cree una especia de simbiosis, es decir, que se aprovechan las una de las otras, ayudándose a combatir plagas, enfermedades y mejorando el desarrollo del cultivo.
¿Es importante la asociación de cultivos?
Dado que la asociación de cultivos es la vinculación de especies vegetales que puedan complementarse entre si para obtener diversos beneficios en lo que a la producción se refiere, es lógico pensar que este es un método de suma importancia para todo aquel que cuente con una zona para cultiva; por más pequeña que sea.
La realidad es que esta es una actividad que ayuda a generar un equilibrio dentro de la misma zona de cultivo, permitiendo tener los rendimientos más altos y unos importantes índices de rentabilidad.
Llevar a cabo este método de cultivo puede resultar en una actividad la cual permita una considerable captación de nutrientes por parte de las plantas.
Esto significa tener un mayor aprovechamiento de los recursos naturales como, por ejemplo, el agua, la luz proveniente del sol y el suelo; todo esto, como es evidente, se traduce en la posibilidad de tener una zona de cultivo mucho más sana que es capaz de potenciar todo lo relacionado con el correcto crecimiento de las plantas, así como tener una mayor uniformidad en lo que al desarrollo de frutos se refiere, permitiendo una mayor calidad en comparación con otros.
Este es un método el cual permite incluir plantas aromáticas en los cultivos, pues tienen la particularidad de que son capaces de atraer diferentes agentes beneficiosos para la producción.
Por ejemplo, insectos polinizadores o incluso depredadores, los cuales ayudarán a controlar y mantener a raya a las plagas y algunas enfermedades, favoreciendo de esta manera la proliferación de una gran variedad de especies vegetales.
Por otro lado, por medio de estas plantas no solo se mejora el ecosistema de la zona delimitada para el cultivo, sino que en general se protege el medio ambiente, pues hace viable el hecho de tener que recurrir con menos frecuencia al uso de insecticidas u otros químicos que a largo plazo terminan perjudicando el medio ambiente.
Como es evidente, por medio de la asociación de cultivos es posible tener acceso a un mayor aprovechamiento de los suelos, pues se vuelve muy viable producir bulbos u hortalizas al mismo tiempo en distintas épocas del año.
Esta es una de esas técnicas consideradas como fundamentales en todo lo relacionado con el mundo agrícola, pues es capaz de utilizarse en prácticamente cualquier escenario; desde un campo abierto, pasando por zonas de agricultura protegida e incluso en hidroponía (la conocida agricultura sin suelo).
A pesar de todo esto, es importante tener muy claro que la asociación de cultivos siempre debe ser establecida en función de las necesidades del productor, disponibilidad de espacio, condiciones climáticas, recursos naturales, temperatura e incluso técnica de cultivo.
También es de suma importante conocer los requisitos y cuidados de cada una de las plantas para lograr llevar una correcta relación entre ellas.
Finalmente, es muy recomendable hacer uso de la rotación de cultivos cada año para evitar un desgaste excesivo en el suelo y al mismo tiempo aumentar la cantidad de nutrientes disponibles.
Asociación de cultivos en los huertos
Dependiendo de cuales sean nuestros objetivos, podremos tener cierto margen a la hora de jugar con las combinaciones de plantas para obtener los mejores resultados posibles.
Recordemos que el cultivo simultaneo de dos plantas que sean compatibles producen beneficios respecto a cada cultivo hecho de manera separada. Es por esto que hay una serie de factores que se deberían tener presentes a la hora de realizar cualquier tipo de cultivo.
Aprovechamiento de espacios
- Intercalar diferentes tipos de cultivos en lo que a su velocidad de crecimiento se refiere es una de las formas más eficientes de aprovechar el espacio de cultivo. Por ejemplo, platas lechugas entre calabacines; para cuando las primeras se hayan cosechado, el calabacín podrá hacer uso del nuevo espacio disponible.
- Los cultivos de raíces superficiales no le quitaran espacio a los cultivos que hagan uso de un mayor espacio para sus raíces. Esto quiere decir que, por ejemplo, se puede hacer uso de tomateras y cebollas en el mismo espacio. Otro caso muy común es combinar tomate, lechuga y zanahoria.
- Es sumamente recomendable la combinación de plastas que cuenten con diferentes estructuras. Por ejemplo, las plantas rastreras con plantas altas; en este caso, judías trepadoras con calabazas suele ser una buena combinación.
- La combinación de plantas aromáticas con hortalizas suele ser casi una regla no escrita respecto a la asociación de cultivos. Lo que ocurre es que las plantas aromáticas se encargan de espantar a ciertas plagas pues estas se guían mucho por su olfato y, debido a que las plantas aromáticas cuentan con olores fuertes, les resulta más complicado llegar a las otras plantas vulnerables.
- Evitar plantar plantas que pertenezcan a la misma familia es otro punto crucial. No solo porque estaríamos propiciando una competencia muy alta por el mismo tipo de recurso, sino que esto aumentaría considerablemente la probabilidad de sufrir el mismo tipo de plaga.
- Alguna combinación de plantas permite que determinados insectos se acerquen al cultivo y contribuyan de una manera muy positiva al desarrollo de este. Por el ejemplo el uso de plantas como las borrajas para atraer abejas y que ayuden con el proceso de polinización.
- Algunas plantas como la Stevia, una vez plantada alrededor de frutales, podrá colaborar a obtener frutos que sean más dulces. Existen otros casos típicos como el uso del orégano en combinación con cualquier hortaliza, pues el primero ayudará a potenciar el sabor.
Cultivos que podemos sembrar juntos
Algunos ejemplos de asociación de cultivos
Que combinación de cultivos utilizar suele ser una cuestión de reconocer las condiciones de nuestra zona de cultivo y, a partir de esto, elegir con cuidado que plantas juntar. Existen algunos ejemplos muy típicos que nos ayudarán a darnos una idea.
Para el control de plagas conviene seguir alguna de estas combinaciones:
- Albahaca junto a tomates o pimientos. La cuestión es que esta combinación permite evitar molestias como la mosca blanca o el pulgón. Por otra parte, también funciona como un fungicida natural.
- Puerro y Zanahorias. Sencillamente se protegen el uno al otro de los gusanos del puerro y de las moscas en el caso de la zanahoria.
- Cilantro y cualquier tipo de hortaliza. Funciona muy bien para repeler áfidos.
- Ajos y tomates. En este caso, obtendremos una protección contra hongos y bacterias.
Para mantener el control de la producción:
- Borraja y pepinos, calabacines o sandias. Resulta que las cucurbitáceas son una de las especies que más necesita de la polinización. Es por esto que la borraja, al atraer a las abejas, ayudará a la polinización de las cucurbitáceas. Por no mencionar que la borraja también ayuda en el crecimiento y desarrollo del sabor.
- Salvia y coliflor o brócoli. La verdad es que la salvia se encarga de potenciar el sabor del coliflor o brócoli al tiempo que también se encarga de ahuyentar a diferentes plagas.
- Orégano y hortalizas. Como ya hemos mencionado, el orégano se encarga de aumentar el sabor. También puede atraer a polinizadores que harán la cosecha mucho más productiva.
Es importante saber que hay combinaciones perjudiciales para nuestro cultivo. Principalmente porque combinar algunas plantas simplemente hará que compitan por una cantidad de recursos que, al final día, son escasos. A continuación, presentaremos algunas de estas combinaciones:
Acelga
Combinar con apio, cebolla, judías, rábano, pimiento o zanahorias. No combinar con puerros o espárragos.
Ajo
Combinar con berenjena, lechuga, nabo, remolacha o zanahoria. No se recomienda combinar con leguminosas, puerro o col.
Apio
Combinar con acelga, judía, pepino, tomate o pimiento. No combinar con patata o zanahoria.
Calabacín
Combinar con cebolla, guisante, lechuga, maíz o patata. No combinar con rábano.
Cebollas
Combinar con berenjena, escarola, melón, perejil remolacha, tomate o zanahoria. No combinar con Guisante, judías o patata.
Coliflor
Combinar con Apio o tomate. No combinar con cebolla, col o patata.
Esparrago
Combinar con guisante, lechuga, perejil, tomate o puerro. No combinar con cebolla o remolacha.
Espinaca
Combinar con apio, berenjena, col, guisante, haba, nabo, rábano, tomate o zanahoria. No combinar con acelga.
Fresa
Combinar con ajo, cebolla, lechuga, puerro o tomillo. No combinar con repollo.
Judía
Combinar con albahaca, acelga, apio, berenjena, calabacín, calabaza, col, espinaca, maíz, nabo, papa, pepino, pimiento, tomate o zanahoria. No combinar con ajo, cebolla o remolacha.
Lechuga
Combinar con ajo, berenjena, calabaza, pimiento, sandia, tomate, arveja, haba, col, o zanahoria. No combinar con apio o perejil.
Nabo
Combinar con col, espinaca, judía, pepino, o tomate. No combinar con zanahoria.
Pepino
Combinar con ajo, apio, borraja, cebolla, nabo, remolacha o judías. No combinar con patata, tomate o berenjena.
Puerro
Combinar con Apio, cebolla, papa, pimiento, tomate, zanahoria, o lechuga. No combinar con ajo, haba o rábano.
Remolacha
Combinar con apio, nabo, pepino, puerro o cebolla. No combinar con espárragos, judía, zanahoria o tomates.
Tomate
Combinar con acelga, ajo, apio, col, cebolla, lechuga, zanahoria, arveja o puerro. No combinar con Hinojo, pepino o remolacha.
Zanahoria
Combinar con acelga, cebollas, arveja, lechuga, papa o tomate. No combinar con apio o remolacha.